¿Sabías cómo nació el logo de Citroën?
Era 1900, el siglo recién comenzaba, cuando André Citroën, un ingeniero francés, se topó con el que sería su emblema.
En Polonia, durante un viaje de negocios, a Citroën le llamó la atención un tipo de engranaje, tallado en madera. Dos pequeños artefactos, similares a una herradura. Mientras veía sus precisos, silenciosos y dinámicos movimientos, al ingeniero se le ocurrió la que sería la idea de su vida.
Sin pensarlo dos veces, compró la patente de los dos chevrones y lo llevó a Francia. Modificó un poco sus materiales: cambió la madera por acero y comenzó una producción masiva.
El negocio de la fabricación de chevrones fue la primera aventura industrial de Citroën. Y fue todo un éxito.
Cuando la paz llegó a Europa, en 1919, Citroën decide dar un vuelco total a su negocio. Cambió la producción industrial de chevrones por la fabricación de automóviles. Pero no se olvidó del invento que o hizo conocido.
El ingeniero francés tomó los chevrones, los pintó de azul con bordes amarillos y lanzó el primer logo de la centenaria empresa automovilística que lleva su nombre. Fue presentado junto con su primer auto: Citroën Type A.
Desde entonces, los chevrones se hicieron más robustos y modificaron su color. Pero, mantienen ese espíritu que su fundador le legó.