Super América el Último 3CV fabricado en nuestro país
En 1982 el empresario Eduardo Sal-Lari (Presidente de la firma de amortiguadores Daher-Boge), adquiere el paquete accionario de Citroën Argentina S.A., aprovechando que las licencias de fabricación de Citroën Francia habían caducado.
Así vuelve al ruedo el histórico 3 CV, todavía con el nombre Citroën.
Ya en 1983 pasa a denominarse IES 3 CV, a la vez que se construye la planta de Mercedes, donde comienzan a fabricarse el IES Carga (Furgón) y el Safari (Mehari).
En 1985 se presenta el IES América, con modificaciones en el frente.
En 1987 el 3 CV recibe sus cambios más importantes y pasa a llamarse Super América, con la mano del Ingeniero Heriberto Pronello que trabajó en el diseño.
La nueva “Rana” modernizada tenía frenos delanteros a disco, suspensión por paralelogramos deformables, palanca al piso y encendido electrónico.
El IES Súper América se fabricó hasta 1990.
El motor no era otro que el Citroën Bóxer con válvulas a la cabeza, 4 tiempos con dos cilindros que alcanzaban los 630 cm3 y una Potencia de 32 hp.
Generador Eléctrico: Alternador 12V, 32A
En nuevo 3CV tenía un detalle importante ya que traía encendido electrónico y puesta en marcha por tarjeta magnética.
La nueva estructura era de tubo central y cuadernas transversales montado sobre suspensiones de parrillas y ballestas transversales con amortiguadores telescópicos hidráulicos montados en posición oblícua.
El habitáculo era completamente nuevo y el moderno tablero de material plástico.
Presentaba indicadores de agujas y numerosos testigos luminosos.
El volante, de menor radio y mejor grip y el resto del tablero también eran nuevos y no tenían nada que ver con los del modelo América ni con los anteriores 3CV.
Los tapizados eran textiles sobre asientos y butacas de nuevo diseño y agradable ergonomía
Se había eliminado la rejilla de ventilación que tenían las versiones anteriores debajo del parabrisas, logrando aumentar la superficie de éste y mejorando la visibilidad.
En consecuencia los limpiaparabrisas eran de mayor longitud y trabajaban en sentido contrario a los del modelo original.
Las prestaciones seguían siendo modestas. Exteriormente conservaba las novedades aparecidas en el América, que eran los faros embutidos en carcasas plásticas cuadrangulares de color carrocería, parrilla plástica, pilotos traseros rectangulares, inscriptos en una moldura plástica que atravesaba todo el ancho de la zaga.
Para el ambicioso ingeniero Sal-Lari éste era el paso previo a la producción de un modelo a priori llamado “Latinoamericano”, que sería un coche pensado para ser producido por partes en distintos países de la región y factible de ser ensamblado en todos ellos, para bajar costos y apuntar a la masividad como primera motorización familiar.
Pero los costos de desarrollo de los modelos de la marca, América, Super América, Gringa, no pudieron ser recuperados por las ventas, y la crisis hiperinflacionaria de 1989 terminó con la fábrica que cerró sus puertas con problemas legales.
Fuente: Carburando