Consejos para mirar bien al conducir

retrovisor
5 mayo, 2020
Posted by: Cristian Chirre

Saber mirar bien al conducir es vital para ganar seguridad. Hay que aprender a mirar bien, a lo lejos, pero controlando lo que ocurre a nuestro lado y buscando con la vista el vía de escape en caso de emergencia. Tenemos que tener en cuenta que el 90% de la información que recibimos al conducir llega a través de la vista.

1. Mirar a lo lejos

Este consejo probablemente lo hayas oído muchas veces, porque es uno de los más importantes. Mirar al frente y a lo lejos y no a lo que sucede justo por delante de nuestro capó, ayuda a mantener la trayectoria con menos correcciones en el volante. Más importante aún, nos permite anticiparnos a todo lo que pueda suceder por delante de nosotros y tener un valioso tiempo de reacción para evitar un accidente.

En curvas amplias, de autovía, por ejemplo, hay que seguir buscando con la mirada el punto más lejano que podamos ver de la carretera para estar prevenidos por si pudiera haber atascos, vehículos parados, obras o cualquier imprevisto.

2. Los barridos visuales

Si sólo miramos a lo lejos, apenas obtendremos información de lo que pasa a cada lado del vehículo, y en el espacio entre nuestro vehículo y el punto hacia donde apuntamos la mirada. Por este motivo es necesario realizar barridos de mirada transversales (de lado a lado) y longitudinales (desde cerca hacia más lejos).

Dependiendo de la vía en que nos encontremos, nuestro barrido se realizará de una u otra forma. En ciudad circulamos a menos velocidad, por lo que no es necesario mirar tan lejos y los barridos longitudinales se reducen y acortan. Además, circulamos dentro de un entorno con mucho que mirar a los lados, principalmente de peatones, vehículos, pero también semáforos, señales en el suelo, otros vehículos. Por este motivo, hay que hacer más barridos transversales a ambos lados y de mayor amplitud.

En autopistas sucede lo opuesto: debemos llegar lejos con la mirada y realizar frecuentes barridos longitudinales hacia el capó de nuestro vehículo. Los barridos transversales serán menos frecuentes. En carreteras convencionales, con más entradas y salidas, sí será más necesario mirar a izquierda y derecha con relativa frecuencia, lo que nos obligará a adecuar la velocidad.

3. Visión periférica

La visión periférica es la capacidad de captar y reconocer lo que sucede alrededor del objeto o punto concreto sobre el que hemos fijado la visión. Nuestro campo de visión normal es de unos 120º y la visión periférica nos permite tener un campo de hasta 180º. Es una habilidad que también puede entrenarse.

La visión periférica nos permite percibir que “pasa algo” fuera de nuestra visión directa. A partir de ese momento se suele tardar 0,5 segundos en girar la cabeza y enfocar esa situación, para poder evaluarla y tomar una decisión. Dentro de un coche hay elementos que pueden entorpecer nuestra visión periférica, como los pilares del techo. Y también hay que tener en cuenta que a mayor velocidad, menos visión periférica.

4. El “efecto túnel”

Nuestro campo de visión se reduce con la velocidad. A mayor velocidad, llega al cerebro más cantidad de información por segundo. Para poder procesarla, nuestra mente limita esa información, descartando la menos importante por estar más lejos del foco de atención.

Si en parado nuestro campo de visión es de 120º, en movimiento el denominado campo de visión cinético va reduciéndose con la velocidad. Se estima que a 65 km/h se reduce hasta los 70 grados, mientras que a 100 km/h el campo de visión baja hasta solo 42°. A partir de 130 km/h, comienza a parecer el efecto túnel, pues con solo 30º de visión es como si a nuestros lados solo hubiera paredes negras. Por esta razón son muy importantes los barridos visuales que comentamos en el segundo punto.

5. Ante un peligro, buscar con la mirada el hueco de escape

En momentos de tensión tendemos instintivamente a dirigir nuestro vehículo hacia el lugar al que apuntamos la vista. Dicho de otra manera: no podemos dirigir el vehículo donde no estamos mirando. Por ejemplo, si tenemos un deslizamiento y el coche acaba apuntando a un árbol, si nos quedamos mirando el árbol no podremos dirigir el coche para evitarlo. Otro ejemplo, si un coche se ha cruzado en nuestro camino y nos quedamos mirándolo no podremos evitarlo para evitar el choque. Al volante hay que ser conscientes de este fenómeno, y tener la mente fría para dirigir la vista, y nuestro vehículo, hacia los puntos de escape de una situación de peligro.

6.  Evaluar todo lo que nos rodea

Circulamos rodeados de vehículos, personas, animales todos ellos con sus trayectorias, preocupaciones y movimientos. Conducir de forma segura implica ir mirando y evaluando constantemente todo lo que nos rodea para detectar posibles amenazas y estar prevenido frente a ellas. Hay que aprender a anticipar lo que van a hacer otros conductores y usuarios de la vía que nos rodean para que no nos sorprendan cuando cambien de carril o frenen.

También analizar el entorno, el agarre del asfalto (sucio, mojado, baches, etc.) si hay cruces, salidas de caminos o de casas, zonas con mucha afluencia de personas y todo esto, sin despistarnos en cosas que desvíen nuestra atención de lo importante.

7. Saber lo que han visto los demás

En muchas ocasiones no sabemos si otro conductor nos ha visto y va a tener en cuenta nuestra presencia antes de ejecutar una maniobra que podría acabar en una colisión. A veces, podemos asegurarnos de que nos han visto mirando a sus espejos retrovisores y buscando el contacto visual. Esta acción es muy importante para los conductores. Ese rápido cruce de miradas nos confirmará que nos ha visto y él también será consciente de que sabemos que nos ha visto. En carretera no dudes en dar una pequeña señal con las luces para asegurar el contacto visual antes de realizar un adelantamiento.

8. Ver a través de otros coches

No se trata de súper poderes, sino de saber mirar a través de los cristales de los vehículos que nos preceden. Muchas veces lo hacemos instintivamente y solo nos damos cuenta de ello cuando no podemos hacerlo al ir detrás de un furgón opaco.

Mirar a través de los otros vehículos nos permite anticipar acontecimientos, por ejemplo, ver las luces de frenado del coche que va por delante de nosotros. La tercera luz de freno centrada y elevada se creó justo para verse a través de los cristales de los coches.

9. Los ángulos muertos

Hay objetos y situaciones que, por mucho que queramos verlas, se escapan a nuestro ángulo de visión por diferentes motivos. El más común es el denominado “ángulo muerto” de los retrovisores, que es la zona que no alcanzan a recoger por el propio diseño del coche. Especialmente sensibles a introducirse en estos ángulos muertos son las motocicletas, cuando circulan entre hileras de vehículos. Es importante mirar bien o mirar dos veces al menos antes de cambiar de carril, por si hubiera un vehículo saliendo del ángulo muerto. Muchos automóviles modernos ofrecen de serie o como opción un sistema que nos alerta de la presencia de objetos en ese ángulo muerto, mediante alertas visuales o sonoras.

10. Los molestos deslumbramientos

Ya sea por el sol, o por las luces de otro vehículo por la noche; un deslumbramiento puede cegarnos momentáneamente y ser muy peligroso. En esas situaciones, lo primero es dejar de mirar directamente a la fuente de luz, y dirigir la vista hacia una referencia que nos permita seguir circulando sin salirnos del carril. Lo mejor suele ser bajar la vista hacia la derecha, y buscar la línea de la carretera. Las gafas de sol polarizadas nos ayudarán a evitar algunos deslumbramientos durante el día.

Author:

Cristian Chirre

¡Hola! Soy Cristian Chirre soy diseñador gráfico, fotógrafo y community manager. Me apasiona la fotografía y el mundo motor.